Poema - Primaria grande - Secundaria - Reflexión - Antes y después
No se conocÃan en la vida terrenal,
Maestra jardinera ella,
con muchos niños a quien amar,
con muchos sueños de un hijo propio,
travieso, bueno y con una mirada angelical.
Él, pequeñito, muy apegado a su mamá,
hilaba sueños y fantasÃas,
mientras jugaba en su lugar.
Los asesinos, en su maldad,
hicieron volar sus almas
al inmenso campo celestial,
a la misma hora, desde el mismo lugar.
Desde aquel entonces, siempre juntos van,
mi hija Andrea y el pequeño de Sebastián.
En un jardÃn de infantes del Más Allá,
juega tranquilo, con mucha paz,
el pequeñito de Sebastián.
Una maestra sin delantal,
le cuenta cuentos, lo hace jugar,
caminan juntos, no sufren ya
porque en el cielo no hay maldad.