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  • Construyendo Puentes

La máquina del tiempo, Danny Saltzman

Cuento - Madrijim - Secundario - Antes y después - Reflexión


Cuando el dolor, la muerte o la locura se cruzan en mi camino, viene a mi mente siempre el mismo deseo: tener mi propia Máquina del Tiempo para viajar hasta un minuto antes del horror, e intervenir para cambiar la historia.

Este deseo casi cinematográfico trata de ponerme siempre fuera de la barbarie como un superhéroe de ficción, y se golpea contra la realidad del minuto después.

¿Qué posibilidades ciertas tiene la humanidad de prevenirse de sus males? La respuesta no es simple y tiene que ver con otras preguntas.

La primera es, si realmente los males son de la humanidad, o de algunos humanos. Es notoria la tendencia a circunscribir los males sólo a sus causantes y a sus ocasionales víctimas.

Si hay un solo ser humano para el cual la vida sea igual antes y después de cualquier matanza, seguramente ese ser humano sea uno de los responsables, aunque no haya sido su autor material.

Mi vida no es la misma después del 18 de Julio, pero ya no era la misma después de Hebrón, Bosnia, Ruanda, Argentina, El Golfo, y los Holocaustos de Armenios y Judíos.

La lista es igual de larga como dolorosa, pero mi vida no es ajena a los dolores.

Es muy común leer en los diarios noticias con miles de muertos, que nuestro morbo y nuestra indiferencia sólo reducen rápidamente a un número y al olvido.

Pero yo me resisto, no moriré para ser cifra de alguna estadística.

Exijo para los muertos de la incomprensión el recuerdo de sus caras, sus voces, sus sueños, sus nombres.

Cuando una nace el nombre le es dado, pero a la hora de la muerte, el nombre se lo gana uno con sus acciones.

Tenemos el deber de seguir sus historias, que son nuestras por tradición y sentimiento.

El dolor no tiene religión, ni color, ni nacionalidad. El dolor es humano y su prevención es tarea para toda la humanidad.

Mientras yo sigo soñando con la Máquina del Tiempo, con llegar siempre antes, he comprendido que esa máquina existe de alguna manera.

Ahora es el minuto antes del dolor de alguien, y si no estoy haciendo nada para evitarlo cargaré con la responsabilidad de próximos horrores.

Tal vez, logremos algún día ser más solidarios en la construcción de futuros mejores y no en la recolección de escombros de incomprensiones presentes.


(del libro: Testimonios de una semana de horror, Ediciones JAI, 1995,

Cap. Viernes 22 de Julio de 1994)


A partir del relato de esta obra invitaremos a los alumnos a diseñar e ilustrar su propia máquina del tiempo, se sugiere destinar el tiempo suficiente para esta producción (que puede hacerse en la clase de plástica) y hasta pedirles que lleven el trabajo a su casa para enriquecerlo y compartir esta actividad con sus familias.

Luego deberán pensar en qué situaciones de la historia de la humanidad utilizarían su máquina y armar un cuento con la utilización de su máquina en un hecho real o ficticio pero que impacte no sólo en una persona sino en toda una comunidad, país o en la humanidad entera.


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